El ser humano nace indefenso y tiene un lento desarrollo madurativo. Por
ello necesita de una relación de apego personal, fundada en la
necesidad de recibir y dar amor. Esta relación precisa de la vida
familiar y es el soporte para que padres, educadores y orientadores
puedan desenvolver la acción educativa, que les es propia.
Los
primeros capítulos pretenden familiarizar al lector con el apego, para
después mostrar los efectos de autoestima y apertura posibilitados por
una relación de apego segura, así como los recursos educativos que
ofrece.
El último capítulo reconduce todos los anteriores a la
necesidad de que …
El ser humano nace indefenso y tiene un lento desarrollo madurativo. Por
ello necesita de una relación de apego personal, fundada en la
necesidad de recibir y dar amor. Esta relación precisa de la vida
familiar y es el soporte para que padres, educadores y orientadores
puedan desenvolver la acción educativa, que les es propia.
Los
primeros capítulos pretenden familiarizar al lector con el apego, para
después mostrar los efectos de autoestima y apertura posibilitados por
una relación de apego segura, así como los recursos educativos que
ofrece.
El último capítulo reconduce todos los anteriores a la
necesidad de que la acción educativa se desarrolle mediante objetivos
concretos, de tal modo que el último objetivo sea que el educando pase a
ser el actor de su propia educación.
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