“La sinergia de
los locos bajitos” da
cuenta de la construcción de una mirada educativa que pretende
romper con el aburrimiento y el tedio de una rutina sin sentido que,
en ocasiones, se vivencia en el aula. Dicho enfoque procura despertar
el deseo de los alumnos por ser y aprender.
“Lo
que no existe se inventa”,
era el lema que movilizaba a mis alumnos de siete a diez años de
edad para poder montar una sala de cine y proyectar películas que
ellos mismos habían producido. Se reconocieron capaces de lograr
todo aquello que se propusieran, a tal punto …
“La sinergia de
los locos bajitos” da
cuenta de la construcción de una mirada educativa que pretende
romper con el aburrimiento y el tedio de una rutina sin sentido que,
en ocasiones, se vivencia en el aula. Dicho enfoque procura despertar
el deseo de los alumnos por ser y aprender.
“Lo
que no existe se inventa”,
era el lema que movilizaba a mis alumnos de siete a diez años de
edad para poder montar una sala de cine y proyectar películas que
ellos mismos habían producido. Se reconocieron capaces de lograr
todo aquello que se propusieran, a tal punto de inventar un proyecto
productivo para su localidad; presentado a las autoridades de los
gobiernos local y provincial y a la comunidad, para intentar paliar
los niveles de desocupación que tenía la ciudad. Compartíamos
espacios de debate, donde proponían ideas para atravesar los
conflictos y, ante una necesidad, construir una oportunidad para
crear.
El
libro está atravesado por anécdotas de estos “locos
bajitos”,
que son tan aleccionadoras como para invitarnos a reflexionar acerca
de las contradicciones de nosotros los adultos.
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