Primera parte de la serie "Ana, mujer de mundo" de Corín Tellado: "Pagarás tu mentira". Ana Marqués acaba de volver del extranjero. Su padre ve, muy a su pesar, que la Ana que ha vuelto no es la misma que se fue. No es aquella niña que se ruborizaba y llegaba puntual a casa. Ana es ahora independiente, terca y orgullosa. Y está empeñada en trabajar y romper con todos los estereotipos de la mujer española que se dedica exclusivamente a la familia y dedicada al amor. ¿Estará viviendo una realidad inventada? Su padre está empeñado en darle una lección …
Lo sabía: "—Eso es. Se trataba de un hombre anónimo, dedicado al teatro, según creo. Un muchacho ambicioso que creyó hacer buena fortuna enamorando a la joven heredera. Lord Lawson lo supo, la desheredó, la echó de casa y por ahí se fueron la aristócrata y el aventurero bohemio. Megan y Lily estaban inclinadas hacia su padre y no perdían detalle. Cuando el caballero hizo alto, sin que Rex le detuviera, ambas jóvenes exclamaron: —¿Qué ocurrió después, papá? —¡Yo qué sé! —se encogió de hombros—. Se fueron de Londres. Un día se supo que ella había …
Kint Beresford se dedicaba a la cirugía plástica desde hacía cinco años. Era un hombre famoso en Londres. Famoso y respetado, y sus secretarias, enfermeras y ayudantes, se contaban por docenas. Ocupaba un edificio en Hyde Park. Un edificio de seis plantas, una dedicada a vivienda personal, dos a oficinas y dos a clínica. El sexto lo ocupaban los empleados casados, con sus familias. Era Kint Beresford un hombre de aspecto vulgar, rubio, de un rubio ceniza, ojos grises y penetrantes, tez morena, salpicada por alguna peca, dientes muy blancos, y de estatura más bien corriente. Tenía treinta y tres …
Tres meses de prueba: "—¿Cómo? No me digas que tu hija es maestra. —A trancas y barrancas, como César, llegó a ser perito agrícola. Pero llegaron los dos. Yo no tenía derecho a enterrarlos aquí. ¿Sabes? Con un poco de influencia, he logrado que a Lina le correspondiera esta escuela —y de repente— oye ¿Y tú chica? ¿La has traído ya de ese pensionado tan elegante? —De ella quiero hablarte. —¿Ah? ¿Le ocurre algo? —Pues sí. —Venga —rio Ricardo— Venga, di lo que sea. Ya sabes que soy tu hermano y si en algo puedo …
No puedo apartarlo de mi mente... Sabía que un día u otro ocurriría, aunque me hubiera gustado ser yo quien le dijera la verdad. Ahora ya es tarde. Me ha dejado muy claro que no quiere ni verme, y siento que lo he perdido para siempre. Fui demasiado ilusa al creer que entendería que estoy casada con su socio, que nuestro matrimonio es atípico, pero si no deja que me acerque no se lo puedo explicar. Regresé de Quebec desolada y con la firme determinación de no desistir hasta que tuviera la oportunidad de ser sincera con él. Sin embargo, …
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